VERSOS DE ANTAÑO

A MI PADRE
Escrito el 29/abril/1963

Tumba silenciosa, helada y húmeda,
Estabas allí, entre aquellos muros fríos,
Quise verte, te llamé…y tú callabas!
Ya no escuchas mi voz, ni verás mi rostro
Y mi lamento se pierde en la distancia…

Y en aquél silencio pesado y lacerante,
Sólo se escuchaba el susurro de mis quejas.
Ya no veré tus ojos, ni escucharé tu voz,
Porque estás allí, frío y eternamente silencioso
Y mis lágrimas no pueden darte la vida…

Ni siquiera la tierra te acoge en su seno,
Fuiste alimento de viles gusanos
Y sin embargo yo tenía mi consuelo,
Porque la tierra me traía tu recuerdo
Y aquellos muros fríos te tienen oprimido…

No querías que fuese así ¿verdad?
No, no quiero verte allí, no descansas, lo sé,
Ellos han interrumpido tu eterno sueño,
Ya no te arrullan los álamos, no te besa la brisa,
Ni los pájaros te dan su postrer adiós…

Huyó la luz de tus ojos,
Y el aletear de tu alma se detuvo bruscamente
Y huiste de la vida como un pájaro herido..
Te ví quieto, parecías dormir, dormías en paz,
Y hoy te quitaron esa paz y dulzura,
Encerrándote en aquellos muros que odiabas…

Quiero llorar sobre aquellas flores mustias,
Para darte la paz que necesitas,
Escuchar el quejido de mi alma,
Llenar de luz la tumba oscura y luctuosa,
Interceder ante Dios por tu sueño…