PENSAMIENTOS
Moría la tarde y el último arrebol entraba en la oscura caja de las sombras, afuera el frio del Invierno, adentro tú y yo sólos, yo temblando de agonía, tú, lejano y callado. Tu voz me llegó desde lejos, como el murmullo del agua que corría allá lejos. Se adentró en mí como un puñal helado, barriendo mis ilusiones como el viento barre las hojas marchitas del Otoño…y allá, en lo alto, la luna pendiendo del infinito; los árboles del camino empinándose para alcanzarla…lejos..demasiado lejos, una estrella refulgiendo en el mar de las nubes grises de la noche silente…
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