UN DIA AMARGO

Eran las 6,25 de la mañana del día 13 de Septiembre, me preparaba para bañarme y el timbre del teléfono razgó el silencio de la mañana...aló..tía, habla Sebastian, tengo que decirle algo que sucedió acá, tiene que tener mucho tino para contarle a la abuela...:Qué pasó...mi papá falleció en la madrugada...de un infarto fulminante....Nooooo, noo, Dios mío...no sé que más dije, sólo sentí que todo mi ser se helaba por dentro...mi hermano Santiago había fallecido!..no podía asimilarlo, como se lo diría a mi madre?...no tuve el valor de hacerlo, dejé cobardemente que otros lo hicieran mientras yo me escondía dentro de mi misma, tratando de encontrar una explicación a estos designios de Dios...aún no puedo creer que mi hermano Santiago esté muerto...así, tan repentinamente, sin decir nada...estaba ahí, como dormido, en Paz!... Mientras yo siento como un vacío enorme dentro de mí...en poco más de 2 años he tenido que sepultar a los dos hermanos más cercanos a mí...los funerales me hicieron trizas, era como ver caer uno a uno los pedazos de mi alma, mientras todo mi ser se estremecía en espasmos de dolor...¡cuanto se puede soportar Dios mío!..y aquí sigo, los días irán pasando y el dolor se irá mitigando...quizás mis dos hermanos estén felices, nuevamente juntos.... Mientras, yo deberé seguir esperando su llamado.